¿Qué son los sesgos cognitivos?
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Los sesgos cognitivos son fenómenos psicológicos que se producen de manera involuntaria al procesar erróneamente la información que percibimos, interpretamos y recordamos cuando emitimos juicios de valor o tomamos decisiones. Es decir, son alteraciones que hace nuestra mente sobre la realidad percibida objetivamente (lo sucedido verdaderamente) y la interpretación distorsionada que hará el subconsciente al conservar el recuerdo asociándolo a estructuras de conocimiento previas.
Los sesgos nos hacen proclives a considerar como válidos algunos tipos de razonamientos que, evaluados con calma bajo la lente de la lógica, no lo son realmente. Estos razonamientos se llaman falacias.(Ruiz, 2020)
Sesgos cognitivos: Efecto Halo y evaluación sin prejuicios.
Son numerosos los sesgos cognitivos que influyen sobre nuestra conducta a la hora de razonar y tomar decisiones. Sin embargo, dentro del ámbito educativo, el Efecto Halo será decisivo a la hora de evaluar objetivamente el aprendizaje de nuestro alumnado. Evitando asignar notas según las conductas, características o cualidades de un estudiante nada relacionadas con los elementos a ponderar dentro de un área (Matemáticas, Inglés, lengua, Educación Física, Música, etc.).
Es decir, no debemos orientarnos únicamente durante la evaluación por impresiones subjetivas basadas en comportamientos o actitudes, siendo más indulgentes con los alumnos más educados o con mejor letra y, menos benevolentes con aquellos más disruptivos o que presentan trabajos más sucios, aunque el resultado muestre el mismo nivel competencial.
En este sentido, una correcta evaluación tendría que contar con pruebas que cumplan una serie de características que limiten los prejuicios y sesgos cognitivos, estas son:
- Validez: ¿la prueba mide realmente lo que quiero?
- Fiabilidad: las pruebas con resultados distintos según quién la corrija no es fiable.
- Exactitud: calibrar bien la prueba, ni muy fácil ni muy difícil.
- Precisión: nota final que determina el desempeño del estudiante bajo un numero (0-10 por ejemplo).
Sesgo de confirmación, puntos de vista y métodos de enseñanza.
El sesgo de confirmación será la tendencia a fijarnos, recordar, advertir y favorecer la información que confirma nuestras propias ideas y creencias, evitando aquellas que puedan contrariar el propio punto de vista sobre un concepto.
Por tanto, Las concepciones o perspectivas previas que tengamos en nuestros esquemas de conocimiento sobre la realidad determinarán nuestra forma de aprender y pensar (Ruiz, 2020). Fundamentales para afrontar distintos enfoques de aprendizaje libres de sesgos cognitivos que eliminen puntos de vista válidos por no identificarse con nuestras propias creencias o ideas.
A tal respecto, podríamos reflexionar sobre nuestro método de enseñanza (Aubert et al., 2008):
- Concepción Objetivista: la realidad es independiente de los individuos que la conocen y utilizan. Atendemos a los hechos objetivos y dejamos de lado nuestras ideas propias para dar una aseveración libre de prejuicios (enseñanza tradicional).
- Concepción Constructivista: la realidad es una construcción social que depende de los significados que dan las personas. Así pues, los nuevos conocimientos derivarán y se cimentarán en torno a los esquemas de conocimientos previos (aprendizaje significativo).
- Concepción Comunicativa: la realidad es una construcción humana. Los significados dependen de las interacciones entre personas. Toda la comunidad educativa está inmersa en un proceso de aprendizaje mediante un diálogo igualitario (aprendizaje dialógico).
Cambio conceptual vs sesgo de confirmación.
La teoría del cambio conceptual supone una visión imprescindible para entender cómo se produce la construcción de nuevos conocimientos, partiendo de los esquemas mentales previos que el estudiante tiene sobre el mundo y su realidad. Esta teoría es un proceso psicológico que pretende modificar las concepciones previas del estudiante sobre la realidad, en ocasiones intuitivas y erróneas, hacía las científicamente acertadas.
Los docentes deben advertir algo que Plutarco escribió hace ya siglos, «la mente de un niño no es una lámpara que llenar, sino una luz que encender». Partiendo de esta frase educativa o idea, debemos sondear mediante pruebas evaluativas (preguntas, test, lluvias de ideas, etc.) el punto inicial del que parte el alumnado ante una realidad, para construir o modificar un nuevo concepto o conocimiento con base científica.
Finalmente, esto permitirá focalizar el proceso de enseñanza sobre aquellas ideas arraigadas en la memoria del alumnado que pueden perturbar o impedir que se produzca una nueva estructura de comprensión sólida, científica y perdurable en la memoria. Cabe recordar, como el sesgo de confirmación (esa tendencia a conservar nuestras creencias y evitar aquellas que las contradicen) será otro obstáculo que superar para optimizar el tiempo de las clases y evitar la negación del subconsciente.
Bibliografía
- Aubert, A., Flecha, A., García, C., Flecha, R., & Racionero, S. (2008). Aprendizaje dialógico en la sociedad de la información. Hipatia.
- Ruiz, H. (2020). ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza. Grao.
